También Usted Puede Hacerlo

By Editorial staff of Salvat Editores

Subjects: bricolage, hágalo usted mismo, DIY

Description: PROLOGO No es una novedad ver a una persona componiendo un mueble, dando una mano de pintura a una puerta, arreglando un fusible o, incluso, construyendo un gallinero o pequeños muebles. Churchill, el político genial e inquieto, incapaz de estar un instante sin hacer algo, descolló en este arte menor y llegó incluso a construirse una piscina, lo que motivó una protesta por parte del gremio de la construcción, a la cual hizo frente dándose de alta como albañil. Los franceses utilizan, para mencionar estos trabajos, una palabra muy curiosa: bricolage. No tiene traducción en nuestro idioma, ya que bricolage indica el hecho de tener muchas manos, de ser hábil. En español existe la palabra «chapuza», pero resulta peyorativa, pues indica un trabajo imperfectamente realizado. Y hemos de rendirnos a la evidencia: muchas personas poseen manos privilegiadas y, sin ser del oficio, son capaces de realizar trabajos perfectos. El título se nos antoja de una claridad meridiana, y por ello se ha adoptado. Hemos de añadir que años atrás muchas personas se dedicaban a componer o construir cosas en su casa como un hobby; en cambio, hoy en día resulta imprescindible poseer determinadas nociones, ya que el fontanero, el pintor, el electricista, el carpintero están ocupados en trabajos de envergadura, no encuentran operarios y no acuden a nuestra llamada con la celeridad que requieren casos de urgencia como los que por regla general reclaman su presencia. Actualmente, ima señora debe saber sustituir un fusible, componer el cordón de la plancha eléctrica, hacer frente a un cortocircuito o a un grifo que gotea. Antes se solían dejar estas pequeñas cosas para cuando llegara el marido, o se avisaba inmediatamente al operario. Hoy día no es así; en primer lugar, porque ha variado la mentalidad, y la división del trabajo no es ya tan clara como años atrás, pero sobre todo porque, al no poder contar con la inmediata presencia de los empleados que precisan a veces ciertas averías, es casi imprescindible saber salir de apuros por sí mismo. En un libro de divulgación no se puede pretender enseñar un oficio; menos todavía enseñar varios. Por lo tanto, este volumen, dirigido al público en general, trata sólo de cosas sencillas que se ha procurado explicar con loda claridad. De todos modos, estas cosas sencillas son todas de orden práctico y se refieren a determinadas averías que se producen periódicamente en todos los hogares, o a determinados trabajos —pintura, empapelado—- que pueden acometerse si se posee un mínimo de habilidad, se cuenta con tiempo y se observan las reglas que darnos. Con unas herramientas apropiadas, buena voluntad y unos cuantos conocimientos, pueden realizarse todos los trabajos aquí reseñados. Detallaremos cuáles son esas herramientas y esos conocimientos; en cuanto a la buena voluntad, el hecho de leer este libro ya la presupone.